Recientemente, el sitio web informativo especializado en nutrición NUTRINFO, publicó un alarmante informe que da cuenta de los difusos límites que hay entre desnutrición y sobrepeso. Y afirma que, incluso, ambos pueden convivir en una misma persona.
De acuerdo a ese documento, considerado el “mayor informe anual de nutrición”, realizado por profesionales de universidades, fundaciones y agencias de la ONU, “en el mundo hay cerca de 678 millones de adultos con obesidad y 149 millones de menores de cinco años con retraso en el crecimiento.“
La situación es compleja. Según el mismo documento, ya no se distinguen fronteras entre un mundo subdesarrollado lleno de gente con hambre y un mundo rico con ciudadanos con sobrepeso. Ahora, encontramos “desnutrición en países de ingresos medios y sobrepeso en países pobres”.
¿Y qué refleja esta situación? Que hay desigualdad ya no tanto en el acceso a los alimentos sino que la desigualdad está especialmente en el acceso a alimentos saludables y variados.
Los alimentos procesados y ultraprocesados, así como las bebidas azucaradas, están llegando a cada vez más lugares. Y la venta de esos productos está creciendo especialmente en países de ingresos medios y bajos.
Pero hay otro dato interesantes que se desprende del informe y es que “una misma persona podría sufrir desnutrición y, años más tarde, obesidad” debido a que no recibió los nutrientes necesarios en los primeros años de vida y que, después, tampoco tuvo acceso a una dieta variada y saludable sino que ha ingerido demasiados alimentos ultraprocesados o tuvo una dieta muy monótona.
El sobrepeso y la obesidad forman un verdadero problema de salud a nivel mundial, y la OMS habla de epidemia, incluso de pandemia.
Además, estos índices están aumentando desde edades tempranas, y eso trae consecuencias para la salud presente y futura y son un factor de riesgo para padecer Enfermedades No Tramsmisibles (ENT), como diabetes o enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el mundo. Y prevenibles, la mayoría de los casos.
¿Qué se puede hacer ante este panorama tan terrible?
Por empezar, cada uno desde su lugar podemos hacer algo. Si bien hay decisiones que dependen de los Gobiernos, también es posible sumar nuestro aporte desde las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones educativas e incluso la familia y el hogar.
Desde Fundación Educacional promovemos hábitos saludables desde edades cada vez más tempranas para que las personas cuenten con la información y las herramientas necesarias para tomar decisiones a favor de su salud, de acuerdo a sus posibilidades.
Estamos trabajando para difundir ideas que nos permitan lograr “la mayor nutrición con el menor presupuesto“, incluso en esta época de aislamiento social y preventivo frente a la pandemia del COVID-19. Podemos comenzar hoy con pequeñas acciones…
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Podemos iniciar una huerta…
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Podemos elegir comprar en ferias barriales, frutas y verduras de estación
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Podemos aprovechar los alimentos que se entregan en bolsones en las instituciones educativas de gestión pública para cocinar en casa opciones saludables y nutritivas
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Podemos incluir nuevos alimentos como variedad de legumbres, que son alimentos saludables y rendidores
Es decir que, cada uno desde nuestro lugar, podemos potenciar los recursos con los que contamos para comenzar a incorporar hábitos que nos acerquen a la salud y nos alejen de la enfermedad.