La malnutrición abarca tanto a la carencia de nutrientes como al sobrepeso y la obesidad. En definitiva, ya sea por carencia o por exceso, lo que hace es comprometer el máximo potencial que tienen los niños para crecer y desarrollarse, aprender, mantener y mejorar la salud y gozar de un futuro pleno. Y afecta a todas las clases sociales.
La OMS alerta que «la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI» porque las cifras están en alarmante aumento en todo el mundo y se presenta desde edades cada vez más tempranas.
Nuestro país no está al margen. Encabezamos el ránking regional de obesidad en niños menores de 5 años. Y uno de cada tres escolares presenta sobrepeso u obesidad.
Los niños con sobrepeso pueden tener una expectativa de vida menor que la de sus propios padres porque tienen más probabilidades de sufrir Enfermedades No Transmisibles (ENT), como diabetes y enfermedades cardiovasculares, que se asocian con un aumento en la probabilidad de muertes prematuras y discapacidades.
Pero la OMS también explica que el sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles.
La malnutrición está íntimamente ligada a nuestros hábitos. Cuando cambiamos el entorno por uno más saludable, elegimos y consumimos alimentos nutritivos y procuramos mantenernos activos, estamos colaborando en decirle #NoALaObesidadInfantil.
¡La buena noticia es que todos -padres, docentes, empresas, Gobierno- podemos ser parte de la solución!
Desde Fundación Educacional promovemos hábitos saludables desde edades tempranas para que los niños y los adultos puedan convertirse en protagonistas de la construcción de su propia salud y tengan un futuro pleno.
