Para responder a esa pregunta, veamos en detalle qué es la Educación Alimentaria y Nutricional (EAN).
La EAN es un conjunto de estrategias educativas que busca no solo transmitir información acerca de los alimentos y sus nutrientes sino también motivar a las personas para que se pongan en acción en el cuidado de su propia salud.
La EAN entonces:
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Expande conocimientos específicos para construir un pensamiento crítico.
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Concientiza y motiva a cambiar actitudes y hábitos.
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Transforma el ambiente o entorno en uno facilitador de estilos de vida saludable.
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Difunde mensajes y recomendaciones accionables para hacer prevención de enfermedades y estimular la salud.
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Transforma a chicos y grandes en multiplicadores de mensajes saludables.
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Empodera a los adultos (padres y docentes) para ser modelos de rol saludable a imitar.
Para la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, por sus siglas en inglés), la EAN es “una estrategia económica, viable y sostenible para mejorar la salud y el bienestar de la población”.
Y si la escuela es el lugar por excelencia para aprender… ¡qué mejor que allí se aprendan hábitos de alimentación y de vida que nos ayudan a cuidar la salud!
La EAN en el ámbito escolar logra resultados a largo plazo que benefician a las familias y a la comunidad.
Porque los docentes cuentan con información, motivación y herramientas que los convierten en modelos de rol y agentes de salud en el aula; los chicos aprenden y replican los contenidos en casa: las familias reciben recomendaciones accionables y todos comienzan a tomar decisiones más informadas, se vuelven consumidores más críticos, mejoran sus habilidades para seleccionar y preparar los alimentos, y se ponen en acción para construir hábitos y entornos favorecedores de la salud.