Una mañana sonó la notificación de nuestro Whatsapp y recibimos este mensaje: “¿tienen recursos para comer más sano?”.
Como ése, recibimos muchos otros mensajes con consultas, sugerencias o pedidos. Nos preguntan por tal o cual nutriente; nos piden recetas de alguna preparación o con algún ingrediente en particular; nos solicitan información sobre nuestras acciones educativas y la forma de implementarlas o les gustaría conocer materiales didácticos para abordar estos temas a determinada edad.
¡Y eso nos encanta! Porque al responderlos, también hacemos educación alimentaria:
* Profundizamos sobre algún tema de actualidad
* Adaptamos alguna receta para hacerla más saludable o apta para ciertas dietas
* Compilamos información específica sobre temas de actualidad
* “Traducimos” recomendaciones para aplicar en la vida cotidiana…
Y pensando en esto, nos acordamos del primer “mensaje” que recibimos, que nos llegó en papel cuando todavía no éramos Fundación Educacional.
Era el año 2004. En ese entonces, un grupo de profesionales de Nutrición, Psicología, Psicopedagogía y Educación Física, liderados por María Ana, decidieron trabajar en equipo para abordar los problemas nutricionales con una mirada integral y preventiva. Desde el consultorio, se trabajaba con la familia y se ponía el foco en el proceso de cambio de hábitos a partir de pequeñas acciones cotidianas.
Al tiempo, llega “LA” carta que cambiaría el panorama: María Ana recibe una notificación del colegio de sus hijos. El comunicado alertaba sobre la cantidad de alumnos/as que iban a clases sin desayunar y que, como consecuencia, se sentían mal, con dolor de cabeza y con baja presión. Entonces, para dar respuesta a esta necesidad puntual, María Ana se acercó a la institución como mamá y como Nutricionista ofreciendo un taller para alumnos/as sobre el desayuno.
A través de una presentación interactiva y de réplicas de alimentos, alumnos y alumnas aprendieron por qué es importante realizar la primera comida del día y qué alimentos forman un desayuno completo y nutritivo. Y así, ese taller en un colegio de la Zona Norte de Buenos Aires se convirtió en el primero de todos los que vendrían después. Para en ese entonces, ¡nadie imaginaba que implementaríamos más de dos mil acciones educativas!
Las docentes que participaron de la primera experiencia lo comentaron con otras colegas. Entonces, empezaron a llegar pedidos de otros colegios de la zona. Algunas directoras comenzaron a solicitar nuevos temas. Además del desayuno, querían acciones educativas para promover una alimentación saludable en su comunidad escolar. El “boca en boca” hizo lo suyo y más escuelas se sumaban. Hasta ese momento, se trataba de escuelas de gestión privada.
María Ana reflexionó: “Si en este contexto, la educación alimentaria es tan necesaria, ¿qué pasará en escuelas de zonas vulnerables?” .
Su pregunta dio lugar a un nuevo desafío: ¿Cómo se podrá llegar con Educación Alimentaria a las escuelas que más la necesitan?
Motivada por ese deseo profundo de generar un cambio en la sociedad y de generar una conciencia colectiva acerca de la promoción de la salud y la prevención de problemas alimentarios, crea en 2007 Fundación Educacional, educación alimentaria y nutricional.
Desde entonces, además de talleres, implementamos programas con capacitación docente, cursos, jornadas, programas híbridos.
Así llegamos a:
* más de 450 mil alumnos y alumnas
* casi 20 mil docentes
* de 2319 escuelas en diferentes provincias de Argentina.
¡Ya pasaron más de 16 años!
En los que seguimos trabajando para igualar el acceso a la información específica y para que más niños, niñas y personas adultas tengan la oportunidad de aprender, de motivarse y de ponerse en acción por el cuidado de su alimentación y su salud.
A partir de pedidos puntuales, también llevamos Educación Alimentaria desde edades cada vez más tempranas hasta llegar a jardines de infantes, jardines maternales y centros de salud para abordar hábitos saludables desde los primeros 1000 días de vida. Incorporamos nuevos recursos y nuevas herramientas tecnológicas, combinando encuentros presenciales con nuestra plataforma educativa online para dar una respuesta a medida de cada comunidad.
Si ahora pensamos en todo lo que pasó desde aquella primera carta… ¿quién nos para a partir de los mensajes que hoy seguimos recibiendo?
La carta del 2004, que enviaron desde el colegio alertando a las familias que los alumnos/as se sentían mal por saltearse el desayuno